Infinita. Y fría. Mustia sombra de ojos cerrados
Sorbe la mancha blanca de la que soy esclavo. En su pecho abierto descubren mis indefensos pulmones
Entre estrechos pasillos rondan sus vacíos, extraviados cruces del destino
Transito sus calladas luces, silencios perdidos, adoquines duros como guerras
La gran ciudad asoma sus vísceras cuando duermo
Tremendo.
ResponderEliminarBesos.
Un placer Amapola, me encanta tu sensibilidad y como la reflejas en tu poesía
EliminarBesos
Oh cuánto te echaba de menos!
ResponderEliminarSe necesitan estos chutes de talento para seguir creyendo en la poesía.
Es esa negrura honda que grita en cada frase de tu texto. Es la pintura helada de un callejón por el que tu alma transita, perdida, doliente como los penitentes de la imagen.
No pueden ser más bellos y tremendos tus versos dando marco a la imagen absolutamente brutal.
Qué placer volver a leerte...
Un besazo poeta.
Hola Luna, los sueños siguen pesando en mis versos, ¿Qué haría yo sin mi flor onírica?
EliminarBueno, crecerme cuando leo tus maravillosos comentarios, jaja, porque tu instinto te hace reflejar en ellos frases como esa "pintura helada", que como imagen es asombrosa
Dolientes, en esa procesión tremenda, lo más oscuro,el castigo , el pecado que no se cura con la penitencia...
ResponderEliminarTremendo, cada lectura es más bestia y más profunda....
¡Imagínate esa ristra de penitentes, todos ellos poetas!
EliminarEse hilo malvado y perverso, penitencia de versos
Besoss
Las sombras también resplandecen entre tus versos, amigo... "Mustia sombra de ojos cerrados" toda una definición. Hallazgo!!
ResponderEliminarGracias Carlos, siempre generoso pero también repleto del instinto de observación. En eso eres tremendamente impecable
EliminarAbrazos!